mirando hacia el norte

Resulta que entre medias ha habido un training. El mejor fin de semana de cuantos llevo aquí. Lo habéis vivido algunos y leído otros. Yo lo he vivido y lo he escrito. Pero semanas antes y una semana después ha habido mas cosas, mas viajes, mas experiencias… Tengo que empezar por contar el viaje a Groningen con Sento y Hector, no lo había hecho antes porque el primero de ellos lo había descrito perfectamente. Me gusto mucho tu blog Sento, espero leer mas cosas “contadas por ti”. El descubrimiento fue el mallorquín. Con ese acento americano solemne y ese sentimiento reivindicativo arrancado de las entrañas por gente como “def con dos” u “hora zulú”. Estoy seguro que sin el aun estaríamos dando vueltas alrededor de Groningen buscando el puto parque (ahora si, la iglesia y la policía, bien sabemos donde están). El viaje hacia el norte venia precedido de una parada en Batavia y una comida en la “casa.cantina” en la que vivo y un concierto la noche anterior Che Sudaka. Desde que empezó el viaje hasta que terminó el domingo en Almere, no paré de reir. La noche de fiesta no tuvo precio. El LK volvió a ser la piedra angular del proyecto y las cervezas, los MAX y las fustas doradas fueron las que dieron el juego. Abandonado Groningen después de pancakes y paseos por la ciudad, nos decidimos a cruzar los diques: Zurich-den Oever (si hay un Zurich en Holanda, no me lo estoy inventando, podeis buscarlo en el google maps) con parada en el bar-autoservicio-museo de mi querido amigo Lely… si ese mismo, que fundó Lelystad y que se erige a 50 m del suelo en el centro de la capital de Flevoland, como si de un héroe comunista se tratase. Y un posterior dique de Hoorn al omnipresente Lely-stad, en el que ya la noche nos atrapó.
Las semanas en el trabajo, son trabajos de no pensar. He pedido expresamente ese tipo de trabajos expresamente para no pensar. En invierno ya bastante tengo con mantener los dedos calientes como para estar pensando si esto tiene que ser mas corto o mas grande o todo lo contrario. Hacer este tipo de trabajos también me ayuda en mi entorno de trabajo. Porque he dejado de trabajar codo con codo con mis jefes a hacerlo con los trabajadores de mas bajo rango. Con aquellos que están allí pq no tienen otra cosa o simplemente porque están zumbados o necesitan algún tipo de reintegración. Esta gente te ayuda a comprender un poco mejor lo que de verdad es la cultura holandesa y todo lo que lleva consigo. A esto me ha ayudado y mucho Carlos, el medio canario medio español que he tenido la suerte de encontrarme estos últimos 3 meses en Batavia y que para mi ha sido como una bocanada de aire fresco. Me ha abierto los ojos de par en par a esta sociedad, al inframundo de Lelystad y a la realidad cotidiana de un grupo de trabajadores que no entendía, que sigo sin entender pero que ahora comprendo y que también me han hecho un hueco sabiendo que soy de fuera y que al principio eran reacios a compartir experiencias y vivencias conmigo. Carlos es el caso mas llamativo. Su madre es holandesa. Es de padre canario. Sabe holandés lleva 11 años aquí, se ha acostumbrado a esta vida, se ha juntado con una mujer que tiene 20 años mas que el, pero eso es lo que le gusta. Me ha hablado de esos años, de lo que ha hecho, me he reido con el hasta llorar, me ha invitado a comer y me ha abierto las puertas de su mundo. Ha sido muy interesante, pero se va esta semana. Es parte de la experiencia. Esto enriquece mi estancia aquí y mucho. Y aunque deje de trabajar aquí, se que me lo voy a encotrar mas veces. Al fin y al cabo somos vecinos de pueblo, pq aunque esto tenga 70.000 habitantes sigue siendo un putipueblo que diría alguno de mis amigos. Lo voy a echar de menos en el trabajo del dia a dia. Ese grito solo entendible por mi “estoy hasta la polla”, desde el otro lado del barco no tiene precio. Pero ojo, yo pensé que solo yo podía entenderlo, hasta que de repente se levanto una voz en portugués!! Bos días pai!! Un angoleño afincado en Lelystad desde hace mas de 10 años y el Congoleño que trabajo en Angola y que también sabe portugués. Vaya con el Batavia, no iban a ser todos de Surinam, marroquinos u holandeses. Pero eso ya en otro post!! Ya lo tengo en mente, seguramente el próximo será acerca de esos personajes que cada dia trabajan aquí y que tienen tela.
Ha habido otros fin de semana. Como el de Leeuwarden, con mi jefe, thomas y teresa. No ha tenido precio el Volvo de los años 30 que Friso se ha marcado, ha restaurado y que le ha costado 15.000 € y una novia. A cambio ha ganado un barco, la satisfacción de haber alcanzado un sueño de niño y según él una novia mejor. Hemos salido de cañas por Leeuwarden, hemos hecho un tour en coche por la ciudad, hemos estado dentro de la mismísima cárcel asistiendo a un concierto. Hemos visitado la ciudad de dia gracias a Teresa una de las mejores amigas de nuestro jefe y desde ese momento amigo Friso. Hemos tardado 5 h en hacer un viaje de 2 por un accidente en la via. Hemos cenado y hemos salido de fiesta. No hay dolor.
Y este fin de semana. Es decir ayer, hoy o antes de ayer ha sido de colegas. De cañas, de cofidencias, de cosas que no han pasado nunca y de cosas que nunca pasarán. De descubrimientos como que existe una corriente arquitectónica en Holanda a la que hemos bautizado como “almeriana” que no “marihana” aunque no descartamos que los arquitectos estos, piensen sus proyectos dentro de un koffieshop. Hemos descubierto también el mundo de los canales y sus casitas y barquitos, los hay desde de lujo a hippies pasando por jubilados y pensionistas. Que existe también gente guapa en Holanda que sabe hablar español y que los restaurantes aunque sean chinos venden “cocretas” holandesas. Que en los bares de Groningen también hay ambiente futbolero y que los pubs irlandeses solo son para estirados. Iba para una noche y me quede tres días. Gracias colega un placer pasar el tiempo ganándote al pro y perdiendo al ajedrez.un abrazo.