lunes, 7 de febrero de 2011

with rotterdam in my "potato" forever

Windy Rotterdam
Este fin de semana, se ha convertido en seguramente uno de los mejores de mi estancia en Holanda. Tengo en mi cabeza todo el tiempo la última noche de fiesta que pasamos cerca del stayokey en el cubehouse. David, Maria y yo. Los quiero un montón. Es difícil coincidir con gente a la que en menos de 4 días juntos puedes llegar a apreciar y a querer tanto. En este midterm training ha habido muchas sorpresas. Se ha quedado corto. Nos hemos quedado con ganas de mas. Pero hemos estrechado lazos más aun si cabe que la anterior vez. Me siento feliz por el simple hecho de haber conocido a esta gente. Ha habido sorpresas agradables como la incorporación de Anne, esa chica tímida a la que conseguí sacar una sonrisa en el primer training y que en el segundo training nos ha sorprendido saliendo con nosotros y siendo una más en el grupo, participando y sacándonos ella a nosotros una sonrisa. Es un encanto. Y después de una sesión de kinboxing también se asemeja a songoku :P. David ha sido el colega con el que salir de fiesta hasta tomarse la ultima. Es un tio muy noble, fiestero. En el primer training ya fue uno de los componentes junto a Doug, Maria y yo del núcleo duro de la juerga. Esta vez sin el escocés en el grupo, fue el apoyo masculino y pilar dentro de la estructura que se necesitaba para que todo lo que paso en el training funcionara perfectamente. Y luego esta Maria. Ya no tengo palabras para describirla, es simplemente Maria. Sin palabras ya solo quedan sentimientos. Y esas cosas no se pueden describir. Es especial, la gente que lee este blog a menudo, sabe de sobra quien es. He estado con ella ya dos veces en su casa, con Gilles, en Bruselas. Es sin duda la persona con la que mas relación he tenido sin ser vecino, o amigo de Flevoland. Porque, es evidente que para mí es especial y lo será para siempre. Espero que sea muy muy feliz con Gilles, se merece todo lo bueno que le pase. Esa es la gente con la que he disfrutado de este training. También lo he compartido con otra gente. Aquí es donde entran las sorpresas desagradables por llamarlas de alguna manera. La falta de Doug, Aga, Linda y Nico nos ha dolido. Los he echado de menos un montón, sobre todo a Doug. Lo he dicho en la evaluación del training, por ejemplo el escocés le daba un punto dinamismo al grupo, Linda se había vuelto importante al final en la fiesta, a Aga se la veía con ganas de participar y Nico no me pudo sacar de mis casillas (en el buen sentido de la expresión). En lugar de eso tuvimos a un grupo que se movió junto y que llego con ganas de dormir y relajarse, excusándose en que su trabajo es muy estresante y que necesitaban un tiempo de hablar unos con otros, porque siempre tienen cosas que hacer y por la semana no duermen. Lo respeto, pero no lo comparto. Somos jóvenes, tenemos la oportunidad de vivir la vida intensamente en la década de los 20 años. Disfrutar al máximo de la experiencia que nos brindan en este caso la agencia nacional holandesa, dándonos la oportunidad de conocernos y disfrutar de una de las ciudades europeas con más bandera de fiesta nocturna. No hace falta beber para pasártelo bien. Hace falta tener espíritu joven y no vivir tus 20 años como si tuvieses 60. Ya tendrás tiempo para dormir cuando todo esto se acabe. Un año en nuestras vidas es efímero. Yo llevo aquí ya la mitad de mi voluntariado, casi 6 meses y el tiempo corre demasiado rápido como para no aprovecharlo al máximo. Sé que es muy difícil que vuelva a tener la oportunidad de disfrutar un fin de semana como este, con esta gente que me encanta. Por eso he propuesto un “training no oficial” al que espero que acuda mucha gente, o sino gente que realmente quiera disfrutar de ello. Así este training ha traído a gente como el griego que compartió “pre-departure training” con giovana, “arrival training” con cristina y “midterm” con nosotros, no encajó con ninguno de los tres, está claro que somos de otra frecuencia completamente distinta. No me gustaron sus maneras de decir y hacer las cosas, supongo que a él tampoco las nuestras. Por eso no hubo más conversación que 4 frases. Con el estaban una tres chicas mas. No me acordaba de que todos compartían proyecto, se movieron juntos y compartían ideas. Esperaba más empuje por su parte. No fue así, no pasa nada, cada uno es libre. De eso se trata, de ser libres y de disfrutar. Si tú disfrutas de esa manera bien por ti.
El training en si como actividad fue la hostia. El primer día las dinámicas fueron para engancharnos a lo que nos traía al Rotterdam. Mouad ha sido un gran trainer. Siendo simplemente como parece que es nos ha hecho pensar y discutir situaciones realmente interesantes que nos han hecho vernos como realmente somos y lo que pensamos. El city Safari fue la caña!! Descargar tensiones en el “Thai kinboxing” con Maria queriendo patearme el trasero no tuvo precio. Ver la exhibición del campeón de Europa de la especialidad y uno de sus aprendices fue muy guapo. Y practicando con él cuando nos gritaba, ¡pega fuerte, vamos colega power! Y le pegabas una patada voladora te quedabas más ancho que alto. La visita posterior a la casa de los abueletes que trabajaban con el cristal, poniéndole los dibujos, fue relajante. Con la mano temblante por el esfuerzo hecho anterior fue genial y la visita cultural al templo hindú fue muy enriquecedora. No comparto las religiones pero me parece muy interesante que es lo que piensa esa gente para ser adepto a ese rezo y como es su historia. La cena de nuevo en un buffet-libre, pero esta vez tahilandes o hindu o algo parecido, para mí fue mejor que el primero. Lo cierto es que no me gusta la comida china, y esta fue bastante mejor que en la de los chinos. La comida aquí era más especiada pero con un sabor más intenso. Comí bastante más que la primera vez. También por aquello de que no había comido absolutamente nada más en todo el día que 2 galletas desaboridas. Todos comimos a muerte algunos más que otros. Lili pedía desde el primer día a gritos el restaurante, lo disfruto al máximo, hasta el helado y ya no pudo más. A Marina también la vi disfrutar de su vegetariano menú. No sabía que vivía en Ámsterdam, espero verla más a menudo, me gusta cómo piensa y cómo reacciona.
Aparte de todo esto hubo muchos detalles que hicieron especial este fin de semana. La partida de póker de dados con Mouad, las salidas nocturnas del viernes y sabado, David, Maria, Anne y yo, el viento extremo, la botella de licor café en el bolsillo, el coruñés que me encontré en el baño del pub, las tías que me imitaban al bailar, el rondo de 6 o 7 tías que bailaron conmigo, el portero de discoteca que trabajo en la costa brava, la linda holandesa que guiñaba el ojo y me sacaba la lengua, mientras cuchicheaba con sus amigas si Maria era mi novia, que se le iluminó la cara cuando Dada se marchó, y que decidió jugar a la “pita pita” justo antes de que nos marcháramos. Las risas que nos echamos el húngaro y yo los dos días al llegar a la habitación, ver el salón del vecino desde nuestra habitación, perdernos una y otra vez por la misma calle de Rotterdam, que una pareja de españoles nos preguntasen por donde se iba a una calle cuando nosotros estábamos mas perdidos que ellos, o el que se me acercó en el hostel para preguntarme si había trabajado en “la crisis carnívora” al ver mi camiseta, porque él si había trabajado, el restaurante Bazar... Todas estas cosas junto con las de más arriba no tienen precio, hay que vivirlas para saber lo que son. Esto del Evs desde luego es lo mejor que podría haber hecho en mi vida. Y así se cierra el telón a un fin de semana que multiplicó por mil las expectativas que yo llevaba. Gracias AMIG@S.

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