jueves, 28 de julio de 2011

tiempo de hacer balance: Los amigos.

Ya solo me queda un mes de voluntario, parece mentira pero han pasado ya 11 meses. Creo que es hora de hacer, o de empezar a hacer balance. Lo cierto es que como le he dicho a todo el mundo, esta es la mejor experiencia que he aportado a mi vida. Las cosas que han pasado durante todo este año han cambiado mi vida, y supongo que cambiarían la de cualquiera. He conocido un montón de gente. He ganado muchos amigos, he tenido experiencias inolvidables y si antes tenía un montón de experiencias para contar, ahora mismo se han doblado. Holanda ha sido todo un descubrimiento, para lo bueno y para lo malo, tienen gran cantidad de cosas buenas, pero también tienen muchas para olvidar. Ámsterdam es una de esas ciudades, para conocer en profundidad, no son canales todo lo que reluce. Lo más interesante de la ciudad es como se mueve, los bares en los que parar que es donde realmente aprecias lo interesante que es. En mi caso por ejemplo, he ido a Ámsterdam de muchas maneras distintas, pero de turista tan solo una vez, ni siquiera he ido a darme una vuelta en los famosos barcos turísticos y si tengo que recomendar Ámsterdam de alguna manera, es desde luego de noche. Todo lo que la capital te da de noche no equipara para nada, lo que te da de día, no hay color. Para una persona que llega de cualquier parte del mundo a esta ciudad, busca el barrio rojo, los canales y los coffeshops, pero tiene mucho más. Pero Holanda, aunque muchos lo piensen no es solo Ámsterdam. En todo este tiempo, no he parado de viajar por todo el territorio “Orange”. Mucha culpa de todo esto la tiene Sento. El primer amigo Amsterdamerino que tuve (incluso antes de venir) y que me llevo para toda la vida. Compañero de aventura EVS, se trajo su audi a Holanda y en el no hemos dejado esquina holandesa sin descubrir. Las fiestas que compartimos en la ciudad y las que nos quedan aun, no dejan indiferente a nadie… y sobre todo a nosotros, que desde la primera y seguramente hasta la última, nunca dejaremos de perdernos al volver a casa. Da igual que sea en bus, en bici o en coche… el tema es perderse. Su centro de trabajo aporto, aporta y aportara a grandes amistades de esas que dejan huella y que los quieres como primos, como Iván, Héctor, Anabel, Raquel, Beatriz, Mathilde…. Y por supuesto Jordi, que aunque no tenga mucho que ver con el centro de hispanohablantes, la huella la ha dejado.
En una de esas esquinas estaba aquel que dice ser, medio santanderino, medio de Bilbao, pero nacido en Galicia. Gorka. Después de esta introducción no creo que haga falta demasiada descripción. Sin duda ha sido y será uno de esos que se quedan para toda la vida. Nos hemos corrido más de una juerga juntos. Vivía en una de esas esquinas llamada Groningen, ciudad universitaria, al norte… creo que más al norte no había nada ya. Lo conocí nada mas llegar, había sido voluntario aquí, asique con estos precedentes era inevitable que nos conociéramos. Psicólogo de profesión y de estudio, su máster le dio sus dolores de cabeza, pero también le dejo conocer a un montón de gente cojonuda, gente que en su gran mayoría yo he conocido también y que son realmente interesantes, como Leonie o Donald, o Stratis y su novia. Gorka es un buen colega, de esos de los que puedes confiar y hablar de todo lo que quieras, porque al final casi piensa de la misma manera que tu.
Cerca, muy cerca, sin necesidad de irse a alguna esquina conocí a Cristina. Ella sin duda lo ha sido prácticamente todo, en gran parte de mi experiencia en tierras flevolandesas. Cuando nos conocimos realmente no había ni un resquicio de química, pero poco a poco, la cosa fue a mas, hasta los 6 meses que estuvimos juntos. Esto habría sido muy aburrido sin ella. Pasamos juntos el invierno y la primavera. Probablemente los mejores meses del voluntariado, se me pasaron volando. Me hizo sentirme como si estuviese en mi casa cada fin de semana, y tampoco paramos de hacer un montón de cosas juntos. Viajes, conciertos, salidas de fiesta, comidas, cenas exquisitas y un mogollón de momentos y de sensaciones que se quedan en la retina y que probablemente no olvidare nunca. Con ella, se me abrió la puerta de aap, aap house y toda su gente. Que grande es esa organización. Nunca deja de sorprenderte la cantidad de gente diferente que ahí te puedes encontrar y que no deja de sorprenderte en todo momento. Tendría que hacer mención de todos, cada uno por separado porque no hay palabras… Denise, María, Kelvin, Fabrizio, Patricia, Cristina, Peggy, Liz, Frank, Sara, Valter…. He pasado grandes momentos con ellos, como el Queens day, las comidas y cenas en Riga’s y Aap house… No hay palabras para agradecer todo lo aportado.
Mención especial se merece también Laura, esa profe catalana que llego para su EVS a un pueblecito llamado Bilthoven y que con su alegría y desparpajo no dejo títere con cabeza. Tengo que rendirme ante su sinceridad y sus ganas de hacer cosas. Fiel donde las haya… en todos los sentidos que os podáis imaginar. Dicharachera y fiestera, me gustaría tenerla alrededor siempre. Te da esa alegría simpática en todo momento. El momentazo del Rijksmuseum no se me olvidara jamás: con ojos achinados como desconfiando dijo: “¿hay una mosca pintada ahí?” que grande eres Laura. Qué gran día pasamos, uno de tantos.
Leyendo esto, parece que solo me llevo amigos españoles al final, pero desde luego no es así. Hay menciones especiales en el resto de Europa.
Tengo que empezar inevitablemente por María. Tvrdonova ha sido y será siempre una pieza clave en mi EVS y en mi ingles también: P. La conocí nada mas llegar, el arrival training me abrió las puertas de su mundo. Su mundo lejos del mío, pero cerca al mismo tiempo. Nunca había congeniado con alguien tan rápido como con ella. He hablado de ella en este blog millones de veces. Porque aunque ahora hablemos menos que al principio la sigo llevando muy adentro. Mis dos incursiones en Bruselas y la suya en Ámsterdam han sido increíbles. Vive con Gilles que se la merece con todas las letras. Es una muy buena amiga, una de las mejores que he tenido en los últimos tiempos. Amigas de verdad, puedo contarlas con los dedos de una mano y ella desde luego lo es.
Desde Hungría y hablando un montón de idiomas incluido el holandés, llego David. Junto con él y con María, puedo decir que hicimos un grupo compacto, al que se añadieron piezas en diferentes momentos, pero que realmente, el núcleo duro fue entre nosotros. Uno de los tíos más nobles que he conocido en mi vida. No ha dejado de sorprenderme en ningún momento. Nos hemos pegado alguna buena fiesta, hemos vivido momentos como la cena con Carlos en Batavia o el bar de Moe en Arnhem, o hacer nuestro arrival training con el diccionario debajo del brazo, entendiendo solo la mitad de lo que nos decían. No hace falta hablar el mismo idioma, para darse cuenta de que se piensa en lo mismo en cada momento.
Amigos que me llevo para toda la vida lo son también Giovana y kyrro. Pretendo ponerlos en el mismo bloque porque cuando los conocí ya eran amigos entre si. Giovana me acogió en su casa, cuando empecé a darme cuenta de que donde me quedaba no era oro todo lo que relucía, pero bueno no es momento de hablar de eso. Giovana fue especial, pase mucho tiempo con ella, compartimos el otoño y parte del invierno. Su casa se convirtió en refugio improvisado y a la vez en hogar familiar, mucha gente paso por allí, grandes comidas y cenas, mucho pescado cada fin de semana, arreglar bicis, la nieve. La nieve del otoño y la del invierno la vi a través del ventanal de su salón. Le debo mucho a Giovana, fue una pena que se fuera prematuramente. La vida te da unas cosas y luego la gente te las quita. Giovanita pertenecerá a ese círculo de amistades que nunca se olvidan aunque parezca que se fue ya hace un siglo. Kyrro duro poco tiempo. Su EVS terminaba solo dos meses después de empezar el mío. Era un tío ya asentado y con los deberes hechos. Se sabía como funcionaba todo a la perfección y trataba de enseñártelo lo mejor posible. Mi tiempo con él fue efímero, quizás al principio sin saber muy bien porque lado iba, se gano mi amistad con cuatro coletazos.
A la cuchipanda se merece un trocito de papel. Nunca desde el principio congeniamos con los mismos gustos para hacer las cosas (quizás por la diferencia de edad, quizá la frecuencia como decía una que yo se me) pero fue mejor así, llevándonos bien en la distancia, ganamos todos. Ellos son supuestamente mi grupo de voluntarios. Los que compartimos temporada, los que empezamos al mismo tiempo y acabamos juntos el mismo día. Pero como dije no éramos totalmente compatibles. Asique fue mejor darnos un poco de margen. Son muy buena gente, les tengo mucho aprecio y les he ayudado en todo lo que he podido, y ellos me han ayudado a mi también, por eso quiero hacer mención a Thomas (del que hablare en la siguiente entrada del blog), Liisa, Marta y Maxime y en otro tiempo la otra Laura.
Se queda mucha gente en el camino asique tengo que tratar de recordar todos sus nombres y ponerlos en una gran lista, los de ahí arriba son probablemente los más importantes, sin contar los de Batavia que serán mi próximo blog, ahí los van: Aga, Linda, Doug, Anne, Alba, Laura, Kristin, Juliete, Juanma, Sonia, Jurdan, Oso, Mouad, Nico, Fernando, Paula, Daniele, Joost, Maijo, Masha, Dario, Agustin, Matthieu, Sara, Ziva,Viara, Migle, Noelia, Noel, Kaat, Marcus, Phoebe, Rafa, Raminta, Raül, Verena…. Un placer conocerlos a todos. Un abrazo fuerte.