miércoles, 18 de mayo de 2011

Como ir a un concierto reggae sin mechero

Esto es la crónica de una fiesta anunciada. Pero no voy a empezar por ahí. Porque es evidente que hace ya más de un mes que no escribo absolutamente nada y es que he estado bastante ocupado y una fila de letras de mi teclado ha dejado de funcionar. He hecho tantas cosas que no recuerdo exactamente todas ni en que fechas las hice. Recuerdo haber ido a Bélgica. A visitar a Laura y Kristin a Oostende y de paso porque no a Brujas. Me hice el viaje con Cris, ella es sin duda lo mejor que me he encontrado en Holanda, no tengo palabras para describirla, con sus virtudes y sus defectos, ha estado ahí desde el principio y por desgracia no va a estar hasta el final. Se irá pronto, la echaré de menos cada día, se que ella también lo hará. Solo puedo decir que la quiero mucho y que gracias por haber escogido venir a Almere y haber tenido la oportunidad de conocernos. El viaje fue breve pero intenso. El primer día fue de visita a Brujas. Íbamos con todas las expectativas posibles para conocer una de las ciudades más bonitas de Europa… Lo cierto es que después de pasarte más de medio año en Holanda, recorriendo cada una de sus ciudades, con sus calles y sus canales… Brujas es más de lo mismo. Además estaba abarrotada de españoles y mas fauna turística que daba hasta asco caminar por la calle. La verdad es que para mi fue una decepción, lo que tengo claro es que, si en vez de ir desde los países bajos hubiese ido desde Galicia, la historia hubiese sido totalmente distinta. Oostende y la playa fueron bastante mejores. Ver el atardecer contemplando el mar fue lo mejor del día. Nos acogieron en su casa Laura, Kristin y Raul (un antiguo compañero de facultad de Cris, pero que no se conocían) y por supuesto a Miguel ingeniero industrial destinado en Oostende a hacer arena de gato y Maja… muy maja ella.. todo sea dicho. Lo que realmente me sorprendió fue el dia siguiente. Miguel nos invito a darnos una vuelta hasta Calais (donde esta el canal de la mancha), recorrimos unos cuantos quilómetros, mas de una hora y media de camino para llegar al norte de Francia. Ver ese océano atlántico: azul, transparente, con un dia soleado… no tuvo precio, me sentía como estar en las dunas de nerga y contemplar la playa mientras la gente se baña. Fue un cumulo de sentimientos de morriña. El lugar esta también empapado en historia. Historia de la segunda guerra mundial, bunkers alemanes, baterías antiaéreas de los aliados, grandes socavones en el suelo producto de los bombardeos aéreos… ahí me entro las ganas de ver mas y las de organizar un viaje a Normandia para el verano. La noche tampoco defraudó… Oostende es como un Portonovo o un Portimao… pero en Belgica, bebida barata y muchos, muchos garitos. Fue un gran fin de semana.
Los siguiente fue el Queens Day. La Queens night nos la tomamos con calma, sin salir. Solo una cena con la AAP family y un paseo por el mercado sin impuestos que se plantan los holandeses en las calles con las cosas que tienen por casa y no quieren. Me compre una olla de barro y un teclado (con el que estoy escribiendo ahora porque la z,x,c,v y m de mi teclado dejaron de funcionar). Para el día de la reina decidimos buscarnos un sitio y no movernos de allí hasta que la fiesta se terminara. MuseumPlein fue el lugar escogido. Llegue allí enfundado en mi camiseta del celta naranja a las 10.30h y me marche a las 20.30h. La música era una mierda pero lo que importaba era la compañía y la compañía no defraudó. Me lo pase en grande, me emborrache un poquito, bailamos, nos reímos, hablamos… Lo cierto es que esta gente tiene sobrevalorado el tema del Queens Day, esta bien pero tampoco es una cosa que nos se haya visto antes, y como dice el Sento…tenia que durar mas tiempo, me gustaría ver a esta gente en un San Fermín o algo por el estilo. Una señora fiesta. Estos a las 8 de la tarde del sábado cierran todo y se van a dormir… y citando a un asiduo de la fiesta amsterderiana “si cierran todo a las 8 de la tarde en España, la gente se carga todo el tinglado, que va a hacer la gente.. Romper todo” aquí en Holanda tienen otro concepto de la fiesta.
Esto del dia de la reina cayo un 30 de Abril si no recuerdo mal, pero resulta que un 5 de mayo se liberaron de los nazis, entonces fue fiesta nacional el resto de la historia. El día 4 es el día de los caidos y a las 8 de la tarde de dicho dia se guardan dos minutos de silencio. Ese día Carlos me lo había dicho por la mañana, yo no tenia ni idea, me conto que su abuelo había estado en un campo de concentración porque aunque no era judío, negro o de otra raza, era ingeniero y los nazis no querían mentes pensantes entre los opositores. Me dijo que el minuto de silencio era muy respetado por todo el mundo. Nunca pensé que fuese para tanto. Ese día viaje a Groningen a visitar a Gorka. En la mitad del camino, la conductora paro en una estación y dijo que no se movía hasta pasadas las 8 de la tarde. Al principio no me di cuenta de lo que pasaba. Pero iba escuchando la radio. En ella conectaron con plaza Dam en la capital, donde estaba la reina, para guardar esos minutos. El autobús que hasta ese momento era un gallinero se quedo en absoluto silencio y los allí presentes guardamos escrupulosamente el tiempo de luto. Los pelos se me pusieron de punta y ahí entendí el sentimiento que les produjo el nazismo y la guerra para ellos. A nosotros lo de los nazis nos suena lejano, porque nosotros tuvimos nuestra propia historia negra y lo de Hitler lo tenemos visto por lo que leemos o por lo que vemos en televisión o a través de las películas. Tienes que estar dentro y ver como se sienten con ese tema para comprenderlo. Fue una experiencia enriquecedora.
Una vez llegado a Groningen, una vez mas la ciudad no defraudo. Y entre el Prince y la borrachera que me pille, de la cual no tengo todos los recuerdos y una resaca horrible al dia siguiente, los dos días que me pase allí fueron espectaculares. Una barbacoa para desayunar que no falte y el macro concierto de después…. Ninguno de los dos podía imaginar que unas 70.000 personas nos estaban esperando en el festival de la liberación de Groningen. Según Leoni el mejor festival del año en la ciudad norteña. Lo cierto es que fue espectacular, pero jodido por la resaca del día anterior. Todos me decían que me quedara todo el fin de semana pero tenia que volver para Almere, había organizado una parrillada de pescado con su correspondiente marisquito. Y cuando hablo de marisco también incluyo en el bote al pulpo. De Ámsterdam llegaron unos cuantos que se trajeron al cefalópodo con ellos. Yo me encargue del pescado y los bueyes. Un kilo de sardinas y un kilo de xurelos. Bueyes y pulpo a feira. Apoteósico. Lo completamos con una sidrina que se marcó Ivan, unas fresas con nata y un baño en calzoncillos en el lago. El domingo mi adorable Cris me quemo la yema de 4 dedos y tuve que dormir toda la noche con mi mano derecha metida en una olla de agua fría.
Durante la comida del sábado, Sento me hablo de un festival de reagge en el que tocaba Dub Inc y ahí es donde nace el titulo de esta entrada del blog. Nos fuimos a algún sitio entre Breda y Den Bosh Sento, Jordi, Maxime y yo, para ver al grupo francés. Comimos algo antes de salir, fuimos al supermercado, compramos una caja de birras, compraron yerba y arrancamos dirección sur. Cuando uno de ellos acabo de hacerse su primer porro de yerba alguien dijo…”oye pásame el mechero” .. no tenían mechero. El festival era en un pueblo no mas grande que podríamos decir… “Entrimo”. Y la carpa y el recinto como un festival interceltico de Moaña en el palco de la música. Solo que ellos si tenían escenario. Cuando llegamos ya había empezado, pero eran grupos menores… nosotros veníamos por el cabeza de cartel. Asique nos quedamos un rato en el coche para bebernos unas cuantas birras y nos salió el primer amigo de Rotterdam… ah no perdón de Surinam (que raro). Después de haber ido a dentro tomarnos un par de ellas y ver a unos africanos tocar unos bongos, salimos a fuera y empezó a llover. Al poco rato y después de un rato dentro del coche cogiendo tono, la policía se acerco a identificar a esos españoles y francés que hacían tanto barullo en la calle. Dub Inc no defraudo. Los teníamos a escasos 2 metros de nosotros. Fue increíble, tenia ganas de un directo de esos, de saltar, de disfrutar, de tararear la canción y de acabar exhausto. Si… lo disfrute, bastante más que en Ericeira. Volvíamos para Ámsterdam a seguir la fiesta y Maxime dudaba si irse para casa o volver a casa. Le convencí para que se quedara con nosotros. Lo flipo. Salimos del último bar a eso de las 7 de la mañana, del minibar para ser exactos, después de haber conocido a un montón de gente de la tierra, gallegos de pura cepa… los que mueven el cotarro en la ciudad de los tulipanes. Maxime me dejo acojonado, no solo aguanto hasta el final, sino que lo intento una y otra vez con la alemana aquella que me confesó que era lesbiana, y es que el también confeso algo… que era la primera vez que salía de fiesta hasta la mañana siguiente. Llego derrotado a casa y se levanto a las pocas horas para ir a ver el partido del ajax y celebrar la liga. Yo solo trate de dormir, aunque no pude. Por cierto, durante el festival pedí un mechero y me lo regalaron.