lunes, 5 de noviembre de 2012

respeto e integracion

Ayer decidí poner punto y final en a mi presencia virtual en grupos de facebook, como españoles en Austria o españoles en Salzburgo, la razón ha sido que en esos grupos se critica sistemáticamente la cultura, costumbres y sociedad austriaca. Pueden no gustarte cosas porque el choque de culturas siempre es difícil pero lo que no puedes hacer es vivir en un país que te está dando la oportunidad de tener un vida digna ya que en tu país eso es una utopía y no querer integrarte. Después de despedirme de ambos grupos dando mi opinión acerca de lo que pensaba, me han recriminado falta de paciencia, que siempre hay alguien que se queja y bla bla bla. Nadie ha asumido que en realidad lo que están haciendo, es morder continuamente a la mano que les da de comer. Seguirán creando sus guetos de españoles, seguirán diciendo medias verdades e incluso mentiras y los nuevos miembros de esos grupos estarán condicionados por estereotipos que ellos mismos se imponen. Gracias a esto la adaptación y la integración se hace más complicada. Quizás yo tenga la suerte de conocer la cultura austriaca desde dentro, gracias a Manuel y a todos los austriacos que conozco que no han dejado de ayudarme nunca y por eso estaré eternamente agradecido. Hoy una persona anónima, después de leer mi comentario de despedida me ha escrito diciéndome que entiende perfectamente mis palabras. Que para él está siendo un duro comienzo en el que le está costando adaptarse y encontrar ayuda. Dice que los españoles que conoce le dicen que le ayudan y después pasan, pero si consigue encontrar un austriaco que le ayude ese se parte la espalda por ayudarle. Eso es lo que yo me he encontrado. Un austriaco tiene que conocerte para ayudarte, es cierto que no son altruistas por naturaleza, pero son nobles y si deciden ayudarte lo hacen con todas las consecuencias. Para integrarte necesitas respetar a los otros, aceptar nuevas normas aunque sin renunciar a tus principios. No puedes pensar, “ah como en España esto es normal, aquí en Austria también puedo hacerlo”, por poner un par de ejemplos insignificantes ir por un pueblo con la música alta en el coche está penado con multa, ir en bici por la acera está mal visto… hay que empezar por aceptar pequeños detalles para poco a poco poder ser uno más. El idioma es muy importante también pero no lo es todo. No por saber alemán, en este caso, ya estas totalmente integrado. Todo esto me lleva a hace dos semanas en Vienna. Yo, gracias a mi pasado como voluntario en una comunidad de total interculturalidad, sabía lo que conllevaba respetar a otras personas, vivir en otro país y aceptar sus costumbres, respetarlas aunque no las compartiera. Después del workshop de Vienna tengo un nuevo enfoque en lo que a integración se refiere. He aprendido mucho en tan solo una semana y he tardado en asimilar todo lo que he aprendido sobre todo porque tengo algo nuevo en mi vida que me mantiene la cabeza ocupada. Pero el leer las sandeces que he leído ayer en este grupo de “españoles en Austria” me ha abierto la puerta en el cerebro de lo que había aprendido esa semana con Grenzenlos y ese increíble grupo humano que creamos. Por eso ahora quiero compartir, en este blog la última dinámica que realizamos, 'el que te llevas de este workshop'. Que me llevo: “Quiero quedarme con sus alegrías, sus emociones, sus ganas de cambiar las cosas. Como alguien con un pasado cruel y difícil ve el futuro con optimismo. Como aprenden de lo vivido, como se enfrentan a sus miedos, como expresan sus inquietudes, como siendo de diferentes partes del mundo, con diferentes pasados y religiones pueden llegar al mismo punto de encuentro. No importa de dónde seas, porque al final todos vivimos en el mismo mundo. Tenemos que ser nosotros mismos, pero al mismo tiempo, aceptar a los demás tal y como son. Después de mi voluntariado ya entendía el concepto de interculturalidad. El lidiar con diferentes formas de ver el mundo. Pero ahora tengo una perspectiva más global, por la gente que me he encontrado, tipo Jamal, tipo, Vespa, tipo Murat, tipo Oktay, tipo Roberta, tipo Katrin, tipo Sara, tipo David, tipo Alise, tipo Zlatina, tipo Nene, tipo Ztilina, tipo Sasha, tipo Gabi, tipo Sema, tipo Andreea, tipo Magda, tipo Agita, tipo Mervi, tipo Marianne, sobre todo tipo Susanna que me han llegado. Soy de donde vengo, pero no sabía muy bien a donde iba. Ahora tengo un poco más claro hacia donde voy. Esta gente lucha cada día por una vida mejor, por dejar atrás pasados difíciles, he visto en sus ojos estas cosas y me han dado una perspectiva hacia un nuevo futuro al que ver.”