miércoles, 8 de agosto de 2012

Libre circulación…. Y una mierda!!!

Estas dos últimas semanas me he sentido como un ciudadano que llega a Europa desde cualquier otro continente. Todo el mundo tiene en mente que vivimos en Europa. Ya nos hemos olvidado de tener que parar en la frontera y mostrar nuestro pasaporte, y teóricamente llevamos implícito en nuestra mente que somos legales en cualquier país de Europa, o por lo menos cualquier país que pertenezca a la denominada “unión europea”. La realidad es bien distinta. Es cierto que no he conocido a nadie al que le haya pasado lo que a mi, pero es probable que le haya pasado a más de uno y eso no haya llegado a mis oídos. Después de estas dos semanas lo que tengo claro es que hacer turismo por Europa es fácil. No tienes que pararte en cada frontera a enseñar tu pasaporte porque los gobiernos consideran que un turista va a otro país, no a conocer su cultura, no a ver sus paisajes y conocer sus ciudades sino que los gobiernos consideran que un turista va a otro país a dejar su dinero allí. Y cuando uno ya no es turista, cuando es un inmigrante, tiene que pagar y demostrar que es financieramente solvente para poder vivir en ese país. No vale con dejarse solo el dinero, pagando los mismos impuestos a través de los productos en el supermercado, el alcohol en los bares o el tabaco en los estancos, además los inmigrantes tienen que demostrar que no van al país a chupar del bote. Qué clase de inmigrante (en este caso europeo) se va a otro país a chupar del bote? Si un ciudadano europeo deja su país es única y exclusivamente para poder trabajar porque en su país no es capaz de encontrarlo. Podréis pensar que también siendo africano, asiático, americano o de Oceanía la idea es la misma y si tenéis razón es la misma, pero con matices, porque se supone que en Europa hay libre circulación y un europeo se puede sentir amparado en cualquier país de la “unión”. Aquí comienza mi historia. Hace ahora ya 4 meses y unos días que llegue a Austria. Mi idea siempre fue quedarme aquí una temporada larga, asique nada mas llegar lo primero que hice fue ir al ayuntamiento y registrarme (cosa que a la postre resulto importante y obligatoria ya que me entere de que tienes que registrarte en Austria en los 3 primeros días desde que llegas siempre y cuando no pares en un hotel) y hacerme una cuenta en el banco. Mi intención era conseguir un trabajo y por lo tanto necesitaba que una cuenta bancaria para cobrar el dinero del posible trabajo. El hecho de no saber alemán dificulto la tarea bastante y solo conseguí un trabajo para realizar un proyecto en Salzburg por un par de semanas. Con ese trabajo me dieron la E-card, la tarjeta sanitaria austriaca. Cuando se acabo el trabajo, me puse a buscar otro y como no era capaz de encontrarlo decidí ir a la oficina del Paro de Austria, el AMS. Allí me dieron una serie de pautas, una serie de papeles, que tenía que conseguir para poder estar dado de alta como extranjero en el paro austriaco. Asique con la ayuda de Manuel para que no hubiese malentendidos con el ingles, fuimos a la policía para conseguir esos papeles. Según la chica del paro solo nos hacía falta un papel que hasta en la recepción nos lo podían hacer. La sorpresa llego cuando sentados enfrente de la policía de inmigración, una señora bastante grosera, empezó a gritarnos y reírse de nosotros, (mientras su compañero de despacho le hacia los coros de la risa), escupiéndonos que o conseguía un trabajo en menos de una semana o ya podía ir haciendo la maleta y volviendo a mi país. ¿Qué sentiríais vosotros? ¿Sentiríais que estáis en un país de la unión europea?, ¿que hay libre circulación en europa?, ¿Qué estáis bajo el amparo de una comunidad de países que se suponen que se ayudan unos a otros? O os sentiríais como un africano, americano, asiático delante de un policía de inmigración que esta amenazándoos con echaros de un país en el que se suponía que estabais legalmente por ser europeo. Salimos del edificio pálidos, buscando un con quien hablar y una posible solución, no teníamos ni puta idea de que hacer. Recordé las sabias palabras que un completo desconocido me dijo una vez en una fiesta italiana en un pueblo de al lado y cuando llegue a casa busque el numero de la Embajada española en Viena. Llame desesperado, buscando que me ayudaran y lo hicieron. Y debo admitir que lo hicieron bastante bien. Antes cuando pensaba en una embajada, pensaba en gente que está viviendo deputamadre en un país que no es el suyo, sin trabajar mucho y ocupándose solo de temas importantes, pero lo cierto es que les debo bastante. Me dieron los pasos a seguir, lo que necesitaba e información acerca de este tipo de leyes que hay en Austria. El primer paso era registrarse en el ayuntamiento pero eso ya estaba hecho. Lo segundo era hacerse el registro de matricula consular y ante la imposibilidad de hacerlo en Viena por la distancia me recomendaron que fuese al consulado de España en Salzburgo. Asique llame por teléfono y pedi una cita. Hable con la cónsul española en Salzburgo por teléfono, tenía un acento sudamericano marcadísimo lo cual me llamo la atención y me dijo que ese mismo día podía pasarme por allí. El consulado español en Salzburgo, no está en Salzburgo. Se presupone que un consulado está en la ciudad, en un edificio normal, normalmente en las afueras de la urbe. Nada mas lejos de la realidad. El consulado español en Salzburg está en un club de golf, en medio de un campo inmenso de golf en un pueblo perdido de la mano de diox. La señora Cati Hofmann (la cónsul) es una señora que vive deputamadre, no hace nada mas que pasear por el campo y es la puta jefa del cotarro del campo de golf. Me dijo que tenía contratados en plantilla a 25 personas, que estaba a tope que si no me hacia un contrato ella y zanjábamos el tema. El caso es que lo que yo le pedí aquella tarde, no podía conseguirlo hasta el día siguiente, asique a la mañana siguiente estaba allí de nuevo para conseguir el papel (para el cual me hacía falta una foto carnet y me cobraron 23€ por hacérmelas….), justo después de dejar el consulado tenía que ir a la policía de inmigración para única y exclusivamente, demostrarles que tenía interés en quedarme en el país. A medio camino (desde el consulado a la policía de inmigración hay una hora de camino) con un sol terrible y un calor asfixiante pinche una rueda de la caravana. Después de media hora abrasándome de calor conseguí cambiar la rueda aun teniendo el gato roto. Llegue a la policía y la misma señora que me atendió la vez anterior, se porto como una persona normal y me trato como a una persona normal (también es cierto que esa señora había hablado por teléfono el día anterior con la embajada española que la había llamado, por eso digo que desde la embajada me sorprendieron gratamente) y me dio la oportunidad de tener mas tiempo para solucionarlo. Y es que desde Viena me dieron el tercer paso y ultimo para conseguir ser totalmente legal. Hay que estar registrado como extranjero para el gobierno de Austria, con un papel en el que tienes que demostrar que eres solvente económicamente o tienes a alguien que lo haga por ti, es decir, como si pides un crédito a un banco tienes que tener un aval. Menos mal que tengo a Manuel, y él, mi mejor amigo, me ha servido de aval. Previo pago de 15€ por el papelito de los huevos, hoy con ese papel puedo decir que soy completamente legal. (cuando salí del edificio con mi papel de 15€ no pude resistir la tentación de darme la vuelta y hacerles un corte de manga)

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